viernes, 12 de marzo de 2010

Aunque no sea el momento





Dos años de recesión económica han sido suficientes para que muchas empresas hayan puesto sus energías en rediseñarse y reorganizarse para no caer en el camino.

Quizás lo que esté primando en estos momentos sea conseguir los beneficios necesarios para seguir existiendo. Se busca la eficacia al más bajo precio y con los recursos justos.

Se hace muy difícil hablar de humanidad en la empresa cuando el empresario, grande o pequeño, solo está pensando en cómo salir de la crisis.


Aunque parece que no sea el momento de hablar de calidad humana en la empresa creo por el contrario que cualquier empresa que hubiese llevado su gestión total bajo parámetros de calidad humana habría notado de forma diferente este tropezón económico.

Naturalmente que para humanizar una empresa se ha de empezar porque el empresario sienta que es su deseo hacerlo y que interiorice para si mismo la seguridad que el llevarlo a cabo le dará los resultados que en su mente tenía cuando decidió crear la empresa.

La calidad humana en las relaciones laborales no deberían ni tienen que ser un estorbo en el desarrollo de los trabajos normales en la empresa. Por el contrario clarifican y hacen más fluido el sistema de trabajo.


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